El bebé llega…

… el tiempo se detiene en un suspiro, en su mirada, en su llanto…

Nuestros cuerpos cansados, débiles, agrietados, dormidos, sostienen esa sublime criatura desde una fuerza interna que sale de lo más visceral de nosotras, de un lugar antes desconocido…

Nadie nos ha hablado de estos primeros días, nadie nos ha explicado de qué se trata todo esto; de las emociones contradictorias, las sensaciones tan intensas, los miedos, el cansancio, el agobio y la inmensa felicidad que se vive al mismo tiempo.

Nunca habíamos pensado que además del nacimiento viviríamos tantos duelos, tantas pérdidas…

…la pérdida real de aquél cuerpo, del espacio y disponibilidad emocional con la que contábamos, de los momentos con la pareja, de nuestra energía al servicio de los espacios sociales visibles, la pérdida de nuestra identidad, aquella que nos sostuvo durante tanto tiempo…

El puerperio se nos presenta como un camino intenso, por momentos caótico, desordenado y nuevo, un baile fusional cuerpo a cuerpo yo y mi bebé, solos, conociéndonos… entre lo imprevisible y lo incierto.

Tener un hijo es lo mejor que nos ha pasado en la vida, es el despertar de un amor incondicional e infinito, pero a veces nos invaden malestares y situaciones tan difíciles, tan desesperantes y tan duras… y nos sentimos tan incomprendidas… tan raras, tan solas y tan diferentes…

Entre todo esto, además nos llegan una inmensidad de consejos “bien intencionados” de los que están a nuestro lado que nos marean, nos agobian y nos infantilizan…

Desde una sensibilidad alterada por las hormonas, nos sentimos continuamente juzgadas y no podemos escuchar nuestro saber interior, ni escuchar en nuestro bebé aquél lenguaje que comenzará a instalarse entre nosotros, aquellos signos…

A veces esas palabras -del pediatra, de la enfermera, de mi madre,de mi suegra, de mi amiga, de mi pareja o de mi vecina- nos retumban en los oídos y se mezclan con el llanto del bebé, con la impotencia, y hasta con el desconcierto.

En el puerperio estamos a solas con el bebé, nadie puede entrar entre nosotros, somos UNO, lo mismo, nutriéndonos mutuamente desde el calor, la leche, la mirada, el contacto, el cuerpo.

Tener a nuestro bebé en brazos es la mayor alegría que experimentamos en la Vida, el mayor acto de Amor, la mayor Felicidad, Plenitud infinita…

pero…

Hay momentos que la euforia da lugar a la tristeza, que la tristeza da lugar a la alegría, que la alegría da lugar a la angustia, que la angustia a la calma, la calma a la confianza… y pasamos por una inmensidad de emociones que bailan sin ritmo fijo.

La vivencia de la maternidad es como un tobogán que te sube al cielo por momentos y en otros te sumerge en lo mas hondo de las profundidades!

Frente a tanta complejidad y frente a la soledad con la que vivimos, las mamas necesitamos un espacio para compartir, escuchar, llorar, reír, expresar…

…un espacio relajado donde podamos integrar nuestra vivencia amorosa y mística, donde podamos estar sin estar juzgadas, donde contar con algunos recursos y podamos crear nuestra propia tribu!

Te esperamos para compartir esta experiencia en los Hilos de Maternidad, una propuesta para tejer redes entre madres.

Sábado 5 de marzo a las 11:00hs en La Caseta, C/Mateu 16, Gracia. Barcelona